El filósofo de
Colofón, Ξενοφάνης, fue el punto de partida del pensamiento de los
eléatas, principalmente el de Parménides. Recibió una gran influencia de los
“padres” (Homero y Hesíodo) de la
cultura griega, acogiendo las enseñanzas morales que se encerraban en los
poemas épicos de estos personajes que educaron a toda una sociedad antigua. No
obstante, Jenófanes elabora toda una teología crítica o negativa con la cual
busca ferozmente erradicar las consecuencias que la doctrina de estos rapsodas,
de los cuales se sentía frustrado, habían provocado en todos los helenos;
deseaba abolir todo atributo humano a los dioses.
Las reflexiones del supuesto maestro de
Parménides, concluyen que Homero y Hesíodo dan a conocer a los dioses desde una
perspectiva muy antropomórfica. Al realizar esto, él arguye que cada cultura
propone a la divinidad según se asemeje a la propia civilización, lo cual niega
la validez universal de Dios. Los seres sobrenaturales, según Jenófanes, en
nada se asemejan al hombre. El Ser Supremo o Dios es aquél que todo lo sabe,
todo lo piensa y escucha, todo lo penetra, es Eterno, Conocimiento, Perfecto
(que carece de Cambio), Mente (con la que hace todo vibrar) y Sabiduría. Al ser
un Ser Vivo, entonces ve la realidad material en toda su perfección.
Este pensador establece una nueva adoración
a la divinidad, ya no con figura humana, sino como pura realidad intelectual y
espiritual, la cual hay que alabarla con himnos, plegarias y culto. Empero, el
filósofo de Colofón ostenta una postura un poco escéptica con respecto a ese Dios
al cual llega a concluir con su razón, puesto que la inteligencia humana es
limitada. La Verdad es ese Dios; lo que se asemeje a ese Ser se parece a la
Verdad pero no la es.
A partir de todo lo anterior, se llega a
deducir cómo va evolucionando el pensamiento griego al conocimiento de
realidades más abstractas: del materialismo de los jonios al devenir
heraclíteo, pasando luego al número pitagórico y, luego, llegando Jenófanes
para empezar con el eleatismo. Con esta corriente ulterior, el elucubrar filosófico
no se basará tanto en el arjé material de la naturaleza; ahora, habrá un
pensamiento más crítico de la cultura con un afán más intelectual que racional.
La razón es la responsable de los procesos de análisis e inferencias hilando
las observaciones que realiza; el intelecto (Nous) capta la realidad espiritual
otorgando luz al conocer humano forjando los conceptos. De este modo, los
helenos avanzan para arribar así al máximo esplendor con Platón y Aristóteles.
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