sábado, 25 de octubre de 2014

Ética y Política en Aristóteles

   Como se ha publicado anteriormente, se ha visto lo prolífico que fue el estagirita a la hora de redactar documentos de todas las observaciones que acometía en su investigación en la naturaleza. Todo este carácter enciclopédico que caracterizó a Aristóteles no fue con otro afán que el de buscar la verdad. La filosofía es la continua búsqueda de ella para acceder al usufructo de la sabiduría y, por ende, de la felicidad. 
   El fundador del Liceo trata la felicidad (eudaimonía) principalmente en su libro "Ética a Nicómaco",  que es la maduración de la Ética a Eudemo y la Grán Ética, que fueron los dos anteriores tratados que había realizado sobre el buen vivir. La ética nicomáquea versa especialmente en un análisis de la estructura moral del hombre y qué debe hacer éste para lograr la plenitud de vida o la existencia lograda. Para eso, Aristóteles va a emplear varios conceptos para poder una explicación coherente sobre el tema en cuestión.
    Primero que todo, el filósofo ve que existen fines en la naturaleza. Hay cosas que están para otras, y, en el caso del hombre a través de su libertad, escoge siempre qué hacer de acuerdo a los objetivos que ostenta. No es un finalismo que va hacia el infinito, un para qué que no termina, dado que existe un fin que no se busca por otra cosa sino por sí mismo (la felicidad). No es que exista, según Aristóteles, un fin último, sino que hay algo que es deseable por lo que él es. Por otro lado, esto no indica que todos los fines (en miras hacia el fin por sí mismo) sean buenos, o sea, perfeccionen al ser del humano, pero sí es evidente que todos los hombre cometen acciones por una representación de la vida que les parece buena aunque no la sea. El estagirita asevera que para asegurar que un bien lo sea, ha de estar conforme a la verdad práctica. Esto no es más que el silogismo práctico: el deseo recto de hacer algo (Premisa mayor), la escogencia de los medios adecuados para cometerlo regulado por la prudencia (premisa menor) y la acción que resulta de ello (conclusión). Con esto, para la consecución de una obra buena y perfecta, es necesaria el deseo de lo bueno (que viene de un conocimiento previo de ello), la deliberación de cómo hacerlo y la decisión de realizarlo.    
   Por otro lado, el estagirita constata que todo en la naturaleza posee una función (érgon); el actuar según ella, es decir, de acuerdo a la propia naturaleza, indicará el grado de excelencia o de mediocridad en cuanto a su ser. Por ejemplo, se dice que un cuchillo es bueno o malo en tanto cumple lo que inherentemente le está indicado: cortar elementos. Si se da el efecto, entonces es un "buen"cuchillo; pero, si ocurre lo contrario, entonces será un "mal"cuchillo. De la misma forma, el discípulo de Platón ve que el ser humano también posee un función que le es suya solamente, y el obrar conforma a ella le concederá su verdadero cumplimiento. 
   No obstante, alguien quizá se interrogue cuál es la finalidad propia de la persona. Para eso, el maestro de Alejandro Magno introduce el concepto de alma racional que había dado a conocer en De anima. De acuerdo con eso, el cometido del hombre estará en esa parte que le distingue de los otros seres de la realidad. Las plantas actúan según su naturaleza vegetativa; los animales irracionales de acuerdo a su alma sensitiva (que incluye la anterior); el ser humano conforme a la racional (que abarca las anteriores, pero lo racional es lo específico de él). De esta manera, la felicidad en el individuo humano estará estrechamente vinculada con el intelecto y la voluntad, que son los elementos constitutivos de la racionalidad (alma) del homínido. 
   En continuación con las conclusiones que el filósofo de Macedonia ha inferido, de que la felicidad está en relación con la inteligencia y lo volitivo, es decir, con la espiritualidad humana, nunca podrá aparecer el gozo pleno sino hay actividad en estas respectivas realidades. Para eso, Aristóteles asevera que la virtud (areté) es lo que conlleva a la felicidad, en cuanto que ejercita la función de cada una de estas partes del alma humana. Así pues, queda marcada la diferencia de la virtud aristotélica con la socrática, que era más intelectualista (al conocer la virtud ya se es feliz). Si se desarrolla un poco más a fondo el planteamiento que realiza el maestro de Platón y éste mismo, ellos solamente explican la primera parte, o sea, son conscientes de que existen excelencias en el hombre; pero olvidan que es necesario la práctica, la decisión actual de llevar a cabo eso que se conoce. Prosiguiendo con el descubrimiento del fundador del Liceo, habrán dos tipos de virtudes que están en relación con la constitución racional del hombre: las dianoéticas (del pensamiento) y las éticas (de la voluntad).  Ambas son reguladas por la sabiduría práctica o prudencia (phrónesis), que la virtud clave en la construcción de la eudaimonía ya que regula rectamente los medios en proporción con el fin que se desea. La prudencia marca la armonía de cómo deben emplearse la técnica o arte, la ciencia, la inteligencia discursiva, la sabiduría y ella misma (virtudes del pensamiento); además, da orden a la justicia, templanza, fortaleza, valentía, magnanimidad, magnificencia, solidaridad, etc (virtudes de la voluntad). 
   Si el hombre es consciente de todo lo que se ha aseverado anteriormente, y se decide en realizarlo, aparecerá en él la felicidad, que es la realización plena de su naturaleza, la perfección como resultado del desarrollo de sus capacidades al máximo. Por eso, cuando el ser humano descuida que el elemento central de su ser es la racionalidad y vive según la animalidad, entonces nunca será feliz, por tergiversar a lo que por naturaleza le toca acometer. 
  Por otro lado, toda la doctrina ética necesariamente debía estar conjugada con la visión de la política. Un hombre es un zoo politikón (animal política). El vivir en sociedad es la clave para que la persona pueda ejercer lo que se plantea en la ética a Nicómaco, puesto que no se puede hallar la felicidad sino es mediante la ayuda de los demás. De esta forma, ética y política son un mismo conjunto por el cual el ser humano puede arribar al puerto de la paz total. Por eso, se ha de constituir la mejor de las formas de organización del estado, para que así se tenga el mejor escenario en el cual se puedan capacitar y fomentar lo que en la ética se expone. 

sábado, 18 de octubre de 2014

Introducción a la Metafísica de Aristóteles

     Una de las realidades que más se estudian en Aristóteles es el ser. La filosofía no podría avanzar sin contar con la ciencia que es su núcleo porque define a las partes de ella. La metafísica, que es ese estudio central, influenciará en la visión que se posea de la naturaleza. La filosofía primera o ciencia del ente en cuanto ente, tiene un gran peso en lo que se pueda avanzar correctamente en gnoseología, en lógica, en ética, en filosofía de la naturaleza, en antropología, en psicología, en sociología etc. Empero, ¿qué es eso de lo que se ocupa "lo que está más allá de la física"? Del Ser. Por eso, no es raro que al ahondar cada vez más en esta ciencia, se arribe a la existencia de Dios, debido a que es el Ser del cual procede todo lo que es, siendo Acto Puro y causa incausada (de aquí saldrán las famosas cinco vías de Santo Tomás de Aquino). 
     Dentro de lo que ha transcurrido en la corta historia de la filosofía, se ha podido apreciar que lo más alto que un filósofo puede analizar es cuando su pensamiento se remite a las cosas que están por encima de la materia. Un reduccionismo en un buscador de la verdad casi siempre proviene de una ausencia metafísica en su sistema de pensamiento, o un error de carácter ontológico que repercute en en el resto de las teorías. Por ejemplo, la filosofía marxista reduce la realidad a lo meramente material, relegando lo de carácter espiritual. De este modo, al no contar con un soporte metafísico, su sistema no correspondería con lo que es la natura, eliminando el sentido trascendente del hombre ante ésta, lo cual disminuye al mismo a algo material que debe trabajar para producir, no siendo éste su fin último.  
    Ahora bien, el ser es lo que lo más importante a lo que se ha llegado hasta el momento en el reflexionar de los filósofos. Es evidente que el ser es y el no-ser no es. Todo lo que existe proviene del ser, y lo que no es no puede venir del ser, ya que rompería con el principio de no contradicción. Lo fundamental de los entes que el ser humano contempla es que son. No obstante, como afirma el estagirita, una sustancia (algo que es y que ve la persona) debe poseer cuatro causas para que sea. Todo tiene causa material, causa formal, causa eficiente y causa final. Dichas características son imprescindibles para que algo sea. Sin embargo, el fundador del Liceo asevera que eso que es ostenta también elementos necesarios que son los accidentes, responsables que realidades de la misma esencia sean distintos entre sí. 
    Otro avance de gran envergadura que realiza Aristóteles con respecto a sus colegas de siglos pasados es la acertada explicación, una de carácter más racional y científica, que confiere a la existencia del movimiento. Los cambios necesariamente se dan en las cosas que son, puesto lo que no es no está sometido a espacio y tiempo, que son las condiciones inevitables para que un ente sufra el devenir. Algo que es está en acto en lo que es en ese preciso momento que es, pero está en potencia de muchas cosas que podría ser, mas no necesariamente lo tiene que llegar a ser. Por ejemplo, un niño es en acto niño, aunque está en potencia de ser un adulto, mas no hay nada que asegure que lo va a ser, dado que puede fenecer en el camino. De esta manera, hay una aclaración en el concepto de cambio, muy diferente oscuras elucubraciones que podrían dar un Heráclito, un Anaxágoras, un Demócrito o un Platón, etc. 
A partir de todo lo anterior, es de alabanza lo que el discípulo más brillante de Platón aportó en materia de filosofía. Como se veía en el artículo pasado, el estagirita fue un autor demasiado prolífico. Escribió muchos tratados. Para comprender más fondo cada uno de ellos no se puede descuidar la Metafísica, que es la filosofía primera y lo que él denominaba como lo menos necesario, pero lo más importante. Con el concepto del ser más dilucidado, es más posible acceder a una concepción más acertada de lo que es la naturaleza y de lo es hombre, para así encontrar el sentido de la vida que conlleva a la felicidad, como lo afirma en la Ética a Nicómaco. 












viernes, 10 de octubre de 2014

Aristóteles

     Quienquiera que desee emprender el camino de la filosofía, no puede eludir en su estudio a Aristóteles de Estagira, Macedonia, llamado "El Filósofo" por uno de sus más grades comentaristas de todos los tiempos, es decir, Santo Tomás de Aquino. Hegel, filósofo idealista alemán, aseveraba que si se quiere enseñar el amor a la sabiduría se ha de dictar clases de Aristóteles. Por qué es considerado el Estagirita tan importante en esta ciencia suprema? Indudablemente, por el afán enciclopédico que él, y luego su escuela, o sea, el Liceo, poseía. Se interesó por todo conocimiento humano, preocupado de saber sus principios y su fin último. Además, fue el que sistematizó la filosofía, distinguiendo las distintas ciencias que la componen. Por ejemplo: metafísica, ética, lógica, filosofía de la naturaleza, etc.  
       De este filósofo se sabe que fue tutor de Alejandro Magno, lo cual generó demasiada aversión en cierta época concreta de Grecia con respecto a su persona. Esto causó que se exiliara y posteriormente falleciera. No obstante, gracias a muchos discípulos fieles se conservaron muchos escritos suyos, a pesar de que se perdiera la gran mayoría. De este modo, podemos afirmar que el discípulo de Platón fue un autor muy prolífico. Le fascinaba, en contraposición con Heráclito, recopilar información que sería útil para reflexionar ulteriormente en el conocimiento. Se dice que llegó a escribir cuatrocientos cuarenta y cinco mil doscientos setenta líneas sin incluir la Ética a Nicómaco. 
       En la concepción general que se ostenta sobre la filosofía aristotélica, no se vacila en evidenciar la aridez y dificultad que el intérprete experimenta a la hora de comprender los escritos del fundador del Liceo. Esto se debe a que la mayoría de sus obras, como la Metafísica, son apuntes para dictar lecciones a sus seguidores o todo el que frecuenta su academia. No son textos listos para publicar como lo eran los diálogos de Platón. No obstante, Cicerón, el orador de oradores latino, dijo que los escritos aristotélicos eran oro. Seguramente esto se debe a a la belleza literaria de las obras (la ingente mayoría) que se extraviaron. 
      Ahora bien, lo redactado por Aristóteles no poseyó propiamente designación original, sino que fue clasificado, organizado y estructurado por Andrónico de Rodas trescientos años después de su fallecimiento, luego de una odisea para que arribaran a sus manos. Él fue el que realizó lo que hoy en su día se conoce con e nombre de Corpus Aristotelicum. Dentro de él está primeramente el Órganon, que significa instrumento, denotando el carácter esencialmente auxiliar que posee la lógica. Ahí están las Categorías, Acerca de la Interpretación, Primeros Analíticos, Segundos Analíticos, Tópicos y Refutaciones Sofísticas. Por otro lado, están también los libros sobre las Ciencias Naturales. Ahí están inmiscuidos los que versan sobre Filosofía de la Naturaleza y psicobiología. 
       Posteriormente, está la obra más famosa e Aristóteles y que lo ha definido como uno de los más grandes pensadores: la Metafísica. El Estagirita la denominaba filosofía o Sabiduría primeras, incluso Teología. Dentro de esta obra hay catorce libros, de los cuales dos no se consideran auténticos. Sin embargo, no hay duda en la majestuosidad de lo que representa el texto sobre el Ser en la filosofía occidental. 
     Por último, el discípulo de Aristocles redacta sus obras sobre filosofía práctica, que es la aplicación de la metafísica a los actos humanos con respecto al fin último de toda acción humana, o sea, la felicidad. La Ética y la Política, son dos escritos íntimamente relacionados, puesto que el segundo es continuación del primero, solo que con miras a la aplicación social y lo relativo al Estado. 
     Por todo lo anterior, no se ha de descuidar, si se quiere ser un buen filósofo, en ir a fuentes confiables de las cuales beber agua potable, es decir, arribar en Aristóteles. De todos los temas que hoy en día se debaten en los círculos intelectuales y filosóficos, se puede aseverar que es continuación de lo que el último pensador de la época dorada de la  filosofía clásica dejó en estado de gestación.